Puesto de Villanueva de la Fuente, en
el que se aprecian en su fachada principal el lema “TODO POR LA PATRIA” y los
carteles de “GUARDIA CIVIL” y el institucional del “Ministerio del Interior”
(Ciudad Real, 2024).
Fuente: Comandancia de Ciudad Real.
Guardia Civil.
El 21 de agosto de 1846, la Inspección General del Cuerpo, a
través de una circular, dictó una serie de instrucciones dirigidas a evitar que
el aislamiento e incomunicación de ciertos lugares pudieran afectar
negativamente la moral y espíritu de los guardias civiles allí destacados.
La propia circular señalaba que “las onerosas condiciones
para la prestación de servicios establecidos en ventas o casas cuarteles en
despoblado podían repercutir en perjuicio de los guardias civiles cuyas buenas
disposiciones debían aprovecharse en mejores sitios, e igualmente sobre los
malos, haciéndolos aún peores”.
Como solución que armonizase criterios de justicia y eficacia del servicio, la Inspección General resolvió, para los destacamentos fijos ubicados en ventas o casas fuera de un poblado, el establecimiento de unos turnos trimestrales de relevo entre los dos puestos fijos en poblado más inmediatos, que debían verificarse dos veces cada mes.